La tendencia entre los consumidores de cosméticos y maquillaje a renunciar a productos con demasiados ingredientes químicos es paralela a la de otros mercados, y es la principal razón del auge de la cosmética natural. Mucho de esto se basa en los problemas de salud potenciales que se imputan a algunos ingredientes.
Mientras que esta mayor conciencia y preocupación del consumidor ha cambiado muchísimo, las normas de etiquetado no han evolucionado a la par. La definición oficial del término «natural» en la industria de los cosméticos y el maquillaje, hace difícil saber a ciencia cierta si muchos de los llamados cosméticos naturales tienen al menos algo de natural.
Un producto cosmético es el que como función principal pretende mejorar o cambiar la apariencia, sin afectar la estructura física o los sistemas del organismo, ya que en caso de estos últimos sería clasificado como un fármaco. Además de perfumes, exfoliantes, desodorantes y lociones para el cuerpo o la cara, los productos de cosmetica también abarcan toda la gama de productos de maquillaje.
Y todos estos productos de belleza, incluyendo el maquillaje, contienen numerosísimos ingredientes, mucho de ellos «nuevos» o «revolucionarios» que en algunos casos, cuando salen al mercado ni tan siquiera está claro en muchos países si son ingredientes inócuos o simplemente si funcionan.
Y mucho cuidado a las posibles reacciones alérgicas, ya que hasta el producto más inócuo para otras personas, puede causar estragos si nosotros somos alérgicos a algún compuesto, por muy natural que sea…
Y en muchas legislaciones, los fabricantes de cosméticos no están obligados a registrar sus productos o enviar cualquier información de seguridad acerca de los ingredientes utilizados en la fabricación de los mismos.
Si unimos esto al hecho de la falta de definición regulatoria para el término «natural», este deja mucho lugar a que los fabricantes se sientan libres de etiquetar sus productos como cosméticos naturales, incluso si no lo son.
En resumen… ¿Es la cosmética natural tan natural como debería? La respuesta a esa pregunta es doble: En muchos casos sí, y en otros muchos, tal vez demasiados, pues simplemente no.
Aprender a distinguir entre lo verdaderamente natural, y los cosméticos basados en ingredientes artificiales radica en nuestra capacidad de descifrar las etiquetas, ya que parece que las autoridades no siempre van a obligar a hacer esto por nosotros.
Y para poder entender las etiquetas, lo primero que tenemos que saber es que que casi cualquier cosmético natural va a contener todavía una pequeña proporción de ciertos ingredientes no naturales, sobre todo para funciones de emulsionantes o conservantes.
Como ejemplo, los fabricantes más responsables ya se encargan de declarar esto publicitando claramente que un producto es «95%» o «99%» natural en sus etiquetas y soportes publicitarios.
Lo siguiente es buscar la base de la fórmula o fórmula básica. La mayoría de los cosméticos naturales hoy en día están fabricados a base de materiales muy simples, principalmente, minerales y pigmentos de tierra extraidos de la corteza terrestre. Luego parecerá que vamos a tener que desempolvar la tabla de elementos químicos del colegio, pero sólo con conocer algunos químicos habituales, nos bastará.
Los ingredientes más comunes que conviene evitar son el laurilsulfato sódico, propilenglicol, diazolidinilurea, y los parabenos que llevan el prefijo «butilo», «metilo», o «etílico».
Además, muchas fragancias sintéticas pueden intentar enmascararse tras una simple «fragancia» en la lista de ingredientes. Los colores artificiales los identificaremos por letras como FD & C o D & C, seguidas de un númerito.
En los productor cosméticos naturales, la mayoría o casi todos los ingredientes anteriores veremeos que están ausentes. Además de minerales naturales, será más común que contengan extractos botánicos -de plantas- y aceites esenciales.
Por último, el orden en que figuran los ingredientes también es importante ya que esto es un indicativo de la concentración total de cada uno en el producto.
No olviden siempre consultar opiniones en foros de internet, ya sea sobre productos concretos, sobre ingredientes, sobre si una crema para la cara o una loción corporal funciona, y tampoco debemos de dejar de buscar dónde comprar lo que queremos, la tienda online o las herboristerías que mejores precios ofrecen antes de comprar on line, aunque esto ya sabemos que es aplicable a todas las compras que pensamos realizar.
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